Cataratas
Las cataratas son, en la gran mayoría de los casos una evolución natural del envejecimiento ocular.
Todos tenemos dentro de nuestros ojos una lente natural llamada cristalino, debido a que es completamente trasparente y deja pasar la luz adentro del ojo. Esta lente natural, junto con la córnea (la parte más anterior del ojo) que es la otra lente del ojo son las responsables de enfocar la imagen en la retina y por lo tanto el balance entre ellas determina si la persona es hipermétrope, miope o tiene astigmatismo; es decir si necesita o no usar gafas.
Con los años el cristalino empieza a perder su transparencia, como dijimos antes, bien sea por el paso del tiempo o por otras causas como enfermedades (diabetes) o uso de medicación (corticoides). Esta opacificación de la lente cristalina dificulta la entrada de luz al ojo y por lo tanto va produciendo disminución de la visión, y en algunos casos, cambios en la graduación de las gafas.
No siempre las cataratas hacen que el paciente note pérdida de visión, en muchos casos esta disminución es lentamente progresiva en el tiempo y la persona no lo nota. Sin embargo, hay una evidente perdida de la percepción de los colores, del contraste de las cosas y la sensación de falta de luz; muchas veces el primer síntoma de la presencia de una catarata es la dificultad en la conducción nocturna.
Tratamiento
El tratamiento de la catarata siempre es quirúrgico, es decir, operando. La antigua idea o creencia popular de que la catarata tenía que estar “madura” para operar, es hoy en día completamente falsa.
En el pasado retirar una catarata del ojo era un procedimiento laborioso, de larga duración, en el que se tenía que inyectar anestesia con una aguja por detrás del globo ocular y donde se realizaba una incisión amplia en el ojo con la posterior colocación de puntos; por lo que si la catarata no era muy densa el riesgo no justificaba la cirugía.
Hoy en día, es todo lo contrario, la cirugía se realiza por microincisiones, manteniendo todo el tiempo la cámara anterior estable, se utiliza anestesia en gotas (las mismas que se usan en la consulta), su duración es de aproximadamente 10 minutos y el paciente sale sin vendaje alguno y pudiendo realizar una vida relativamente normal al día siguiente de la intervención.
Por los motivos anteriores, en nuestros días la catarata es recomendable operarla cuando recién inicien los síntomas, bien sea la dificultad de conducción nocturna, el cambio de graduación, las molestias a la claridad (fotofobia), la falta de visión adecuada de colores o la percepción de disminución de la agudeza visual. Existen cataratas que al no ser centrales o ser muy incipientes no causan sintomatología y no requieren cirugía. Dejar “madurar” una catarata, hoy en día, solo incrementa el riesgo y las complicaciones de la futura cirugía.
Cirugía
La cirugía de la catarata hoy en día se realiza a través de facoemulsificación, nos metemos en el interior del ojo y eliminamos la lente cristalina (que ya está opaca) con su contenido o núcleo, como si lo “comiéramos” y aspiramos dejando la “bolsa” o “envoltura” del cristalino (a la que llamaremos cápsula) para poder introducir la lente artificial que servirá para reemplazar al cristalino natural. Si dejamos madurar mucho la catarata este núcleo será más difícil de “comer” o aspirar y hará el procedimiento más laborioso, pudiendo dañara otras estructuras dentro del ojo y hacer la recuperación más lenta. Este procedimiento hay en día puede facilitarse a través del empleo del láser de Femtosegundo.
Toda cirugía de catarata, al ser esta la opacificación de la lente natural cristalina, del globo ocular, finaliza con el implante dentro del ojo de una lente artificial que sustituye a la lente que hemos retirado. Esta nueva lente permanecerá dentro del ojo para siempre y al ser artificial y no envejecer; la visión obtenida será definitiva. El tipo de lente intraocular que se introduce en el ojo de cada paciente será distinta según las necesidades de cada persona, pero de ser posible, siempre se intentará poner una lente que elimine la necesidad de gafas después de la cirugía.
